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Coches, carcasas y abstinencia

Sueños


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Debido a la abstinencia vuelven, repetidos, algunos sueños. Se presentan a pedazos, desmontados, a primera hora de la madrugada.

 1

Recibo un premio en la ciudad de X. Es absolutamente inmerecido.

–Deberías ir a la entrega-. Me dice alguien.

Lo pospongo durante todo el día porque lo único que me interesa es el cheque. No quiero que me vean. Finalmente llego cuando ya ha terminado la ceremonia. No hay nadie.

–Ya se han marchado-. Me dice el hombre que barre el escenario.

 2

(…)

 3

Tengo un segundo coche en alguna parte. Es un Peugeot 504, nuevo. Mucho mejor que el que uso. Ahora caigo: está en un taller mecánico. Solo cuando me acerco a recogerlo me doy cuenta de que hace dos años que está allí. La factura por la estancia va a ser exorbitante. Por lo que sé, el coche está en perfectas condiciones. Lo han dejado impecable pero no podré pagarlo.

 4

Para hacer un largo viaje a un país del norte de Europa he de comenzar caminado cerca de la ciudad. No tiene sentido pero es así. Atravieso algunas vaguadas cubiertas de hierba alta. El monte san Cristóbal, a la derecha, me protege del viento. Hay restos de lo que debió ser un vertedero. Carcasas blancas de electrodomésticos que hacen de fondo a los arbustos florecidos. No sé dónde voy. Sé que tengo que seguir si quiero alcanzar un transporte que me permita continuar más rápido.