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Un nido frente a la oficina

Ornitología


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Este año, el esfuerzo de las picarazas ha tenido recompensa. Durante las últimas semanas del invierno, mientras los brotes de las hojas despuntaban, han trabajado sin descanso hasta terminar el nido. Solo los días de viento, la pareja desaparecía. Temimos más de una vez que no volvieran pero en cuanto amainaba, regresaban a la tarea.

Empezaron de cero, como el año pasado, de dentro afuera, con ramitas flexibles. entrelazadas con habilidad. El diámetro es mayor este año y la construcción más sólida. El invierno ha sido menos riguroso, no ha llovido tanto y eso les permitió trabajar con más facilidad o tal vez sea la experiencia. ¿Se aprende a hacer un nido? ¿Hay que estar en edad fértil para saber fabricarlo?

Ahora que las hojas del chopo han crecido, el nido está oculto. Mientras estuvo al descubierto, la pareja se situaba estratégicamente para vigilar su casa desde el exterior. Ya no hace falta. los dos entran y salen alegremente y, como la época de cría es de abril a junio, todos esperamos que enseguida haya descendencia.