Nadie se siente ofendido porque te acerques y fotografíes el cuadro. Hay una buena luz natural y todas las pinturas se ven frescas. Te llevas a casa un recuerdo que miras de vez en cuando. El simbolismo, la barca de Caronte o las monedas para cruzar no te interesan, pero te atrae el destino sin regreso, sin eco.
Berlin, Nationalgalerie, Staatliche Museen Preussischer Kulturbesitz.