Me ducho sin cerrar la mampara y el agua llega hasta el pasillo. Además, llevo puestos unos mocasines. Para secar el charco que se ha formado tiro el albornoz sobre la tarima.
Unos días después, veo en Unorthodox cómo la protagonista, ayudada por una mujer de más edad, se quita el albornoz para sumergirse en el Mikve. Excepto los mocasines, son los mismos elementos. Antes de pasar a la sala de la tina, la chica se ha duchado durante un buen rato para llegar limpia a la inmersión.
No hago interpretaciones de sueños. A veces he sentido anticipaciones y sé que son casualidades. Lo hechos y los sueños provienen de la misma materia pero se contienen en bombos diferentes. El de los hechos es difícil de describir, pero podemos hacernos una idea acerca de cómo es el de los sueños, a pesar del desacuerdo entre los especialistas: se parecerá mucho a un dispositivo extractor de bolas para máquinas recreativas de azar como. este que patentó Jesús Franco: «El objeto de la invención es proporcionar un dispositivo extractor de bolas, sencillo, económico, silencioso, rápido en la lectura de las bolas y mucho más limpio en lo que respecta a la posible entrada de suciedad al mismo (…) para que el jugador pueda ver que no existe ningún tipo de trampa y que el proceso de extracción de las bolas se rige exclusivamente por el azar». Aunque el azar, excepto en el mundo cuántico, es algo dudoso.
La misma chica acude después al ensayo de una orquesta de cámara. Al cabo de un tiempo, recibe una fría respuesta de uno de los músicos y se marcha.