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| Ben Alper |
Miedo y asco (Una expo de Art Photo Index)
¿De qué tienes tanto miedo? El miedo es una de nuestras emociones más convincentes, desarrollado para mantenernos vivos en un mundo peligroso. La mayoría de nosotros no tiene por qué que preocuparse mucho de los depredadores, así que hemos encontrado nuevas aplicaciones para esta poderosa fuerza: ¿Mi esposa tiene una aventura? ¿Voy a tener cáncer? ¿Me pueden despedir? Estas son preocupaciones legítimas pero ¿qué pasa con todas las demás que nos aterrorizan y golpean nuestros corazones, mentes y estómagos?: dentistas, celos, flatulencias en público, cucarachas, agujas, ruidos inexplicables en la noche, gérmenes. ¿Cómo es posible que la especie que domina el mundo tenga miedo de esas cosas? Mientras tanto, hemos aprendido a volar (espero que los aviones no tengan accidentes) y a construir puentes que cruzan ríos caudalosos (espero que no se caigan). Hemos sometido a la madre naturaleza para tener toda la comida que queramos durante todo el año (espero que no nos envenene). Creamos los fuegos artificiales y las balas y las bombas. Construimos nuestros casas con calefacción y aire acondicionado y agua corriente y los inodoros y los ordenadores y electrodomésticos. Llenamos el depósito de nuestro coches con gasolina y seguimos perforando en busca de más petróleo. Creo que deberíamos tener miedo de las cosas realmente malas. Nosotros no tenemos nada que temer, excepto a nosotros mismos.
Katherine Ware
Comisaria

Como tantos, compré hace mucho una postal que reproduce una cédula de excomunión para quien robare un libro de la biblioteca de Salamanca. La he visto por ahí muchas veces, incluso fotocopiada en blanco y negro, sujeta con cinta adhesivan el montante de una librería. Anduvo por casa hasta que alguien -supongo- la usó como marcapáginas.
Me he acordado leyendo la maldición sobre los ladrones de la biblioteca de san Pedro en Barcelona citada por Blom en El coleccionismo apasionado. Aunque no es bueno comparar, esta de Barcelona sí es una buena advertencia. Una advertencia comme il faut. Con guarnición y postre, café copa y puro:
“A aquel que robe, o se lleve en préstamo y no devuelva, un libro de su propietario, que se convierta en una serpiente en su mano y se desgarre. Que le aqueje la parálisis y todos sus miembros se malogren. Que languidezca con dolor pidiendo a voz en cuello misericordia, y que no cese en su agonía hasta que cante en disolución. Que los ratones de biblioteca roan sus entrañas como prueba del gusano que no muere. Y cuando al fin acuda a su castigo, que las llamas del infierno lo consuman para siempre”.
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| Editorial Zindo & Gafuri |
Querida Mercedes:
Qué gusto tu Imitación de los pájaros sobre la mesa. Vuelvo a leerlo, ahora impreso, tan delicado, tan sutil, sin favores.
Cómo disfruto leyendo las recomendación para los trabajadores de tu generación o para los futuros amantes y los consejos acerca del orden que permite no olvidar cosas en los hoteles de paso. Déjame que lo lea de nuevo mientras te envío un beso de vuelta:
“Con un poco de orden es posible
poner las cosas
en su lugar
tipificar las horas
limpiar la casa
y dejar relucientes las canillas del baño.
Con un poco de orden es posible
no olvidar cosas
en los hoteles de paso
cerrar las ventanas a tiempo
para que no entre la lluvia
ventilar la casa
hacer ejercicio
dormir ocho horas.
Con un poco de orden es posible
escribir a todos los amigos
visitar a la madre
y mañana a la tía
Tener dos
-o incluso tres-
amantes
Con un poco de orden hasta es posible
amar al prójimo como a uno mismo”.
De dónde viene todo esto: Passy en invierno. 9 años por el barrio