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Shakespeare en Calais

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Hace unos meses, en noviembre, el bibliotecario de Saint Omer de Pas de Calais, encontró por casualidad un Primer Folio de las obras de Shakespeare, mientras preparaba una exposición de literatura inglesa. Saint Omer tiene más o menos 15.000 habitantes y, como su segundo nombre indica, está casi frente a la costa de Inglaterra. No se sabe si el volumen en cuestión tenía como destino Saint Omer. Tal vez una contingencia hizo que acabara allí. De esta colección de las obras de Shakespeare se publicaron 800 ejemplares aproximadamente, con la idea de recoger de manera definitiva todo su teatro. Hasta ese momento, se habían publicado ediciones de escasa calidad; entre otras, alguna con los textos copiados desde el patio de butacas por “espías” de otras compañías. hay ediciones en la que Hamlet dice:

 

Ser o no ser, ay es el asunto,

Morir,dormir, ¿es eso todo? Ay todo.

No. dormir,  soñar, ay María así es,

Pues en ese sueño mortal, cuando despertamos,

Y puestos frente a un sempiterno Juez,

Del que ningún viajero ha regresado…

 

Todo esto lo cuenta de manera magistral Bill Bryson en un librito que no llega las 200 páginas y que se titula simplemente Shakespeare. El libro es tan breve porque Bryson se atiene a lo que se conoce del autor. O sea, poco. El capítulo titulado «Muerte». lleva a Bryson a visitar la mayor colección de Primeros Folios, reunida por Henry Folger, un hombre que se hizo rico con el petróleo y que luego, dedicó sus días a rastrear cualquier cosa de interés que tuviera relación con Shakespeare. Folger compró primero un facsímil del Primer Folio y pudo comprobar las diferencias con un volumen original. A partir de ahí se hizo con todos los que pudo: todos distintos. Unos tienen menos páginas; otros, añadidos; este está reestructurado  o a aquel se han añadido páginas de otros libros. No hay dos iguales. Como el de Calais al que le faltan 30 páginas.

 

En la seguridad de no encontrar un Primer Folio revolviendo desvanes, siempre queda la alegría de la lectura.